La intervención esta compuesta por mis obras de la colección “Crónicas de objetos” + zapatillas intervenidas de la marca.

Detrás de cada obra de la colección, “Crónicas de objetos”, hay una narrativa que revela cómo fue concebido el objeto, quién lo creó y cuándo cobró vida. Este se convierte en un vínculo entre el pasado y el presente, entre quien lo crea y quien lo usa.

En esta instalación propongo integrar mi universo con el universo Converse, interviniendo sus icónicas zapatillas con colores, texturas y volumen. El objeto protagónico es el andar. La persona se calza, y así empieza a caminar su historia. Cada paso manifiesta una decisión, un acto de creación que nos mueve hacia adelante. Ponerse en marcha es transformar el propio andar en historia.

Pero ¿sabías que?, hace poco descubrí que “calzar” es ajustar o sincronizar un ritmo o frase musical a un tiempo o compás existente, haciendo encajar lo que por sí solo no sonaría bien.

Todos somos notas en un pentagrama infinito, y el ritmo de nuestro caminar transforma esas notas en melodías irrepetibles. Es en esa sincronización personal de pasos y pausas, donde se compone nuestra propia música: un mapa sonoro que deja huellas en el tiempo y en el espacio.

5, 6, 7, y… llegó el momento de atarse los cordones y salir a andar. Nuestra música comienza en los pies, y al escribirla construimos un mapa íntimo de quiénes somos y hacia dónde vamos.